Al inicio de la época moderna se da un movimiento cultural
llamado el Renacimiento, el cual, además de ser un regreso a la literatura y al
arte de la antigüedad, significó una nueva concepción del mundo y del hombre,
impulsada por las obras de Nicolás Maquiavelo, Erasmo de Rotterdam, Martin Lutero,
Rogerio Bacón y Renato Descartes. Así mismo contribuyeron las obras artísticas,
en el campo de la plástica de Miguel Ángel y Leonardo Da Vinci. Este campo
despertó una preocupación de los seres humanos por indagar sobre su lugar y su
quehacer en el mundo. La búsqueda de
esta respuesta se hizo por una vía distinta, y en algunos casos en oposición al
teocentrismo medieval. En este sentido, lo característico de esa nueva
perspectiva fue la valoración de las capacidades humanas, su descubrimiento en
el campo de la geografía y de las ciencias, particularmente las matemáticas, la
física y la astronomía. También fueron significativas las aplicaciones de estas
ciencias en el campo de navegación y en la exploración del mundo. En este
contexto, la época moderna se caracterizó por la necesidad de explorar: se
buscaban nuevos mundos, nuevos conocimientos de la naturaleza, nuevas rutas
comerciales, nuevas concepciones del mundo y del universo. Por estas razones,
fueron de gran utilidad los adelantos científicos, las teorías y los métodos
desarrollados por los pensadores como Copérnico, Galileo, y Newton, con quienes
se dio origen a la llamada época de la revolución científica. Es así como era
necesario volver sobre la pregunta por el fundamento y por el sentido del ser,
lo mismo que sobre su revaluación respecto al sentido y de la orientación que
había adquirido en la época anterior. Por eso, las grandes corrientes de
pensamiento ontológico van a encontrar en las obras de Descartes, de Kant y de
los llamados idealistas alemanes, a sus más importantes representantes.
La sentencia imprescindible
Pienso Luego Existo:
Renato Descartes comienza su recorrido filosófico con base en la sospecha sobre
la experiencia, de la cual duda que pueda ser una fuente adecuada para llegar al
conocimiento verdadero. Así, la tarea que descubre es que antes de preguntar
por el ser de la naturaleza y del hombre, se debe indagar por los límites del
ser humano para alcanzar dicho saber. La pregunta que Descartes se plantea a
continuación es: ¿Pueden la experiencia o la razón, suministrarnos las verdades
que servirán de base al conocimiento de la naturaleza y del hombre? La pregunta
implica la búsqueda de una vía, racional o empírica, que permita al ser humano obtener un conocimiento
verdadero. De esta forma, el filosofo francés propone la construcción de un
método que garantice el hallazgo de verdades universalmente válidas, es decir
que sirvan de base a todo tipo de conocimiento. Este método consiste en dudar
sistemáticamente de todo para poder llegar a un conocimiento firme y seguro.
Los sentidos nos engañan

cho de “pensar” es
una verdad firme y segura, puesto que de lo único que
él podía estar cierto es que se estaba
dudando. Si lo único verdadero, el ser de nuestra existencia, es aquello que
nos define, entonces el ser pensante: yo soy, dirá él, una cosa pensante. El
pensar define que somos, porque existimos sólo por cuanto pensamos. Así,
Descartes llegó a una verdad inquebrantable, piedra angular de su filosofía:
cogito ergo sum, “pienso, luego existo”.
Pensar, verdadera realidad humana
Esta tesis, además de
tener claras incidencias en su concepción epistemológica, se constituye
igualmente en la base de su concepción sobre el hombre. Aquello que define al
hombre es su capacidad para pensar, para
razonar. En este planteamiento, el cuerpo y demás dimensiones del hombre quedan
relegados y privados de un lugar importante en su sistema filosófico. Después
de haber sometido a la duda al mundo objetivo, Descartes se encuentra con que
la verdadera realidad es el pensamiento,
pero éste se revela como algo que no está realmente vacío, puesto que descubre
en él la existencia de verdades innatas irrefutables, como la propia verdad
del pensamiento. Por esta misma vía
encuentra también las verdades matemáticas y de la idea de Dios como ser
infinito y perfecto. El argumento que utiliza para demostrar la verdad
universal de la existencia de Dios está en hacer notar la imposibilidad de
nosotros, seres finitos, para construir una idea de infinito y de perfección.
Dado que el hombre no pudo engendrar una idea de infinito, ésta tuvo que haber
sido colocada por Dios en la razón humana.
Dios como ser y fundamento
- La idea de Dios no es simplemente un contenido mental, pone en evidencia el hecho irrefutable de su existencia.
- Dios no solo aparece como el fundamento de la razón y el conocimiento.
- Dios como ser infinito y perfecto es la verdadera sustancia que genera el mundo.
- Dios no necesita de otro para existir, Dios es la causa y la razón del acontecer del mundo.
- La idea de substancia en Descartes no indica materialidad o exterioridad, sino, el ser espiritual, la racionalidad.
- Dios es parte de una mente lógica que ha ordenado al mundo bajo principios matemáticos.
- No se identifica con una visión panteista que lo identifica como una sustancia natural originaria del mundo.
- El ser se identifica con DIOS pero adquiere una dimensión importante mediante la racionalidad, a través de ella el ser humano participa del ser de Dios.
- Descartes desplaza el alma y dicho lugar lo ocupa la razón.
- Descartes inaugura la modernidad y padre del racionalismo moderno.
me gusto mucho porque me inspiro para hacer mis tareas
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